En verano en el Sureste, lo cierto es que es difícil salir a la naturaleza, cuando todos los seres vivos entran en una especie de segundo letargo, distinto del invernal y limitado a las horas centrales del día. Sin embargo, el pasado 18 de agosto decidimos seguir la pista de los hombres ancestrales para escapar del calor. Como aquellos prehistóricos que poblaron la Sierra de Alcaraz hace 27 mil años, decidimos caminar cerca de los ríos y hacia las montañas, detrás de las manadas migratorias de animales que cazaban. Y al final encontramos ciervos, cabras monteses y caballos silvestres, aunque no pastando, sino sobre los muros de la Cueva del Niño de Ayna, cuyas pinturas rupestres forman parte del Patrimonio de la Humanidad del Arte Rupestre del Arco Mediterráneo.

Los paisajes que rodean la Cueva del Niño de Ayna nos invitan a viajar en el tiempo.
Los paisajes que rodean la Cueva del Niño de Ayna nos invitan a viajar en el tiempo.

La vida encajonada y la Cueva del Niño.

Los que se adentran en el Cañón del río Mundo son escasos, aunque su nacimiento y su paso por Aýna sean muy conocidos. Antiguamente, los parajes por los que el río sirve de límite entre este último, Bogarra y Molinicos, estuvieron salpicados por pequeñas aldeas y caminos de caballerías, pero lo abrupto del terreno acabó imponiéndose y los caseríos encaramados a los meandros, de hasta 500 metros de desnivel, quedaron desiertos. En uno de los barrancos que se precipitan al río, a media altura, y casi invisible hasta que no estamos a pocos metros de ella, está la Cueva del Niño.

Grupo de asistentes preparados para adentrarse en la Cueva del Niño.
Grupo de asistentes preparados para adentrarse en la Cueva del Niño.

Teníamos muchas ganas de visitar esta cavidad, tanto por sus pinturas y formaciones espeleológicas, como por su impresionante entorno natural. El Cañón hay que verlo desde arriba y desde abajo, por lo que la caminata que preparamos empezó por la Muela de San Martín, uno de los macizos que avasallan al Mundo. Empezamos con una subida, intensa pero corta, a la sombra, para después casi llanear por encima de esta pequeña meseta, hasta descubrir abajo el valle del río y sus canteros cayendo a plomo. Fue uno de los días más calurosos de agosto, pero la sombra ligera y la brisa no fallan aquí, ni el intenso olor a romero y pino, que echan el resto cuando sube la temperatura.

Y al fin llegó el momento de descubrir la cueva por dentro. Todo un espectáculo en el que emplear todos los sentidos.
Y al fin llegó el momento de descubrir la cueva por dentro. Todo un espectáculo en el que emplear todos los sentidos.

En la boca de la cueva nos recibieron una pareja de murciélagos, nada tímidos, y las gotas que, de cuando en cuando, aciertan sobre la cabeza de uno, haciendo ver que las estalactitas, estalagmitas, columnas y banderolas de la cueva siguen vivas. Las representaciones del interior están entre las más antiguas del sur de la Península, donde las pinturas del Paleolítico, las del hombre nómada que todavía no había descubierto ni la agricultura ni la ganadería, son muy raras. A la salida, la bocanada de aire cálido de la tarde nos trajo de nuevo a la era en la que ya solo quedan caballos silvestres, y otras muchas cosas, en pintura.

El baño en el Mundo.

Ya bajando hacia el río, algunas tierras de cultivo, mas abiertas, nos castigaron con un sol vertical durante unos diez minutos, lo justo para que el baño que siguió en las pozas del Mundo fuera todavía más salvaje y liberador. Comimos con los pies metidos en la corriente y después, cuando la flama de la tarde empezó a disiparse, caminamos por dentro del agua, entre paredones naranjas donde germina el rarísimo dragoncillo de roca, hasta enlazar con una de las antiguas sendas que pasaban al otro lado. Es un camino que parece mentira que todavía siga ahí, casi tragado por la naturaleza, pero tan bien trazado que, en cuanto se adivinan sus muros, se desvela como un mensaje centenario en piedra.

Deseado y merecido baño en el río Mundo una vez nuestra senda alcanzaba su fin.
Deseado y merecido baño en el río Mundo una vez nuestra senda alcanzaba su fin.

A priori todos pensarían que en Agosto no se puede disfrutar del monte, pero nada más lejos de la realidad. Pero los alrededores de Ayna nos demuestra que las posibilidades son muchas, y que disfrutar de maravillosos rincones es posible.

El género jacaranda lo componen árboles o arbustos originarios del Caribe, Centro y Sudamérica que requieren de  mucho sol y de un tipo de suelo rico en materia orgánica y con buen drenaje. En la actualidad, se reconocen 49 especies que pueden alcanzar desde los 2 a los 30 metros de altura.

Estas especies son llamativas porque la mayoría de ellas luce delicadas flores en forma de trompetas de tonalidades en su mayoría color violeta, aunque también hay especies con flores blancas y de color rosa. Desde el punto de vista ornamental, la especie Jacaranda mimosifolia es la más ampliamente usada.

Pon una Jacaranda en tu vida.

Aunque las jacarandas en las ciudades suelen ser una planta de amores u odios (¿qué bonitas flores? o ¡como se pegan las flores en los zapatos!), por la gran cantidad de flores que producen, lo que generalmente desconocemos es que estas plantas no son solo de uso ornamental. Las jacarandas tienen compuestos con demostrados usos farmacológicos. Estas plantas han sido empleadas en el tratamiento de enfermedades tropicales, problemas de la piel, infecciones venéreas e incluso resfriados, reumatismos y desórdenes gastrointestinales.

Paseo de Jacarandas en flor.
Paseo de Jacarandas en flor.

La importancia económica de esta especie radica en su rápido crecimiento y la fácil comercialización de su madera, la cual es usada para ebanistería y para la producción de pulpa para papel. Sus frutos también son ampliamente utilizados en la elaboración de artesanías.

Artesanías hechas con los frutos de Jacaranda. Imágenes de Joyarte Accesorios.
Artesanías hechas con los frutos de Jacaranda. Imágenes de Joyarte Accesorios.

La biología y ecología de las Jacarandas.

Las jacarandas son árboles caducifolios que suelen tener uno o dos periodos de exuberantes floraciones al año. Su producción de frutos ocurre frecuentemente una vez al año y son unos árboles muy prematuros, algunas especies pueden comenzar a florecer entre el primer y el segundo año de vida. Sus frutos son cápsulas aplanadas lignificadas que asemejan hojas secas y que al abrirse contienen semillas hialinas voladoras. En sus hábitats de origen, las flores son fuentes de néctar para aves e insectos.

 Estos frutos suelen abrirse solos, pero si los intentáis abrir vosotr@s, veréis que son extremadamente duros. Sin embargo, en sus zonas de origen, existen especies de Loros con un pico tan fuerte que son capaces de abrirlos.

Especie de Periquito Verde (Brotogeris tirica) en una rama de Jacaranda. Foto de Claudia Komesu.
Especie de Periquito Verde (Brotogeris tirica) en una rama de Jacaranda. Foto de Claudia Komesu.

Al nombre de Jacaranda o Jacarandá se le asocian diferentes significados. Por ejemplo, Jacaranda en guaraní significa madera dura. Sin embargo, este nombre común también podría derivar del de una población del estado brasileño de Bahía llamada Jacarancy. Adicionalmente, la palabra Jacaranda podría tener relación con la palabra “yacaranda” que, al parecer, es un término portugués que significa “olor fuerte”.

La Jacaranda y la lírica.

Las jacarandas se mencionan con mucha frecuencia en canciones y textos literarios del continente americano. De hecho existe una curiosa historia de una canción compuesta por el poeta mexicano Mario Molina Montes, la cual parece que fue inspirada en la actriz Elizabeth Taylor y que relacionó el color de las flores de las Jacarandas con el de los ojos de esta bella mujer.

“Te quiero por bonita y por tu cara extraña

Te quiero por tus ojos de jacaranda en flor…”

Por su parte, el escritor mexicano Alberto Ruy-Sánchez relató:

“La flor de la Jacaranda es una copa sonriente, algo torcida, como un beso que se vuelve mordida”.

Las jacarandas también se conocen con otros nombres como Gualandayes o Tarcos, y los tapices florales han inspirado canciones como “Cámbulos y Gualandayes” del colombiano Carlos del Valle:

Rojos se ponen los cámbulos,

azules los gualandayes

son orgullo de la tierra,

son la alegría del paisaje,

todos harán con sus flores alfombra para que pases”.

Y sinceramente, podríamos escribir bastantes más anécdotas y curiosidades de estos preciosos árboles, pero… mejor nos las guardamos para nuestros paseos por jardines 😉

Tras desembarcar en el aeropuerto Fort Worth International de Dallas, la cultura norteaméricana se muestra delante de mi. Pollo frito, personas de todo el mundo, colas, controles de seguridad (extremos). Nada que me haga pensar que la ciudad que voy a visitar me vaya a gustar. Pero no vamos a engañarnos, si nos quedasemos con los aspectos de los aeropuertos, rara vez nos darían una imagen positiva de donde estamos.

Me monto en el tren que me lleva a la ciudad, y comienza mi travesía para descubrir las flores de Dallas.

El Arboretum de Dallas me esperaba sin tene muy claro lo que me iba a encontrar. Una grata sorpresa.
El Arboretum de Dallas me esperaba sin tene muy claro lo que me iba a encontrar. Una grata sorpresa.

Dallas, mucho más que un asesinato.

Mis referencias son nulas. No había visitado ninguna otra ciudad de Estados Unidos, pero algo dentro de mí me decía que me iba a encontrar con el típico skyline repleto de rascacielos y luces. Si bien es cierto que alguno había, muchos menos de los esperados. Pero no me quise desviar de mi cometido. Tras ver la avenida donde asesinaron a Kennedy, y el centro de negocios de Dallas, me fui en busca del Arboretum de Dallas.

El White Rock Lake bordea situado en el lado norte de la ciudad, bordea en todo momento el Arboretum de Dallas.
El White Rock Lake bordea situado en el lado norte de la ciudad, bordea en todo momento el Arboretum de Dallas.

Tras dos metros-trenes, y un bus, al final ahí estaba. En las puertas de un lugar que no esperaba me fuera a deparar tantas sorpresas en forma de colores.

El Arboretum de Dallas.

Era un soleado sábado de Abril. La gente local aprovechaba la buena temperatura para pasear por un espacio gratificante. Prados repletos de flores, el White Rock Lake baña sus orillas, un tranvía del propio arboretum transportando a los visitantes por el extenso parque. Pero veamos que nos podremos encontrar cuando visitemos este espacio de la ciudad de Dallas.

El Arboretum de Dallas, un lugar idóneo para pasear y disfrutar.
El Arboretum de Dallas, un lugar idóneo para pasear y disfrutar.

De primeras, ya el edificio de entrada está repleto de servicios. La taquilla y una recepción donde amablemente te dan la bienvenida al sitio. Una tienda del botánico (muy bien equipada), y una cascada de agua que vaticina el vergel que nos espera.

Hay una parte en la que los árboles dominan. En esta zona podemos encontrar Robles Espinosos (Quercus macrocarpa), Robles Rojos (Quercus shumardii), Árboles de Júpiter (Lagerstroemia indica), y otras muchas especies que en primavera muestran un magnífico verde. Entre árboles y espacios, quedan distribuidas diversos monumentos, construcciones y antiguas edificaciones que existían en el lugar como los típicos cottages o casas de campo estadounidenses (con todo su colorido floral y su estilo de antaño). También un escenario para representaciones y conciertos en un marco incomparable, riachuelos, puentes, etc

El arbolado comienza progresivamente y nos sorprende con una matriz verde envidiable.
El arbolado comienza progresivamente y nos sorprende con una matriz verde envidiable.

Las flores como protagonistas.

Era primavera, la temperatura era ideal, y el jardín estaba engalardonado con infinidad de flores. Las azaleas y rododendros se distribuían con numerosas tonalidades. La Salvia Mexicana (Salvia leucantha) se presentaba en su versión menos vista, con las flores de color blanco. Diferentes variedades e híbridos de Heleboros se podían encontrar en toda su plenitud floral.

La nítida flor de Helleborus x ericsmithii se deja entrever.
La nítida flor de Helleborus x ericsmithii se deja entrever.

En algunos parterres, la disparidad y acumulación de especies era tal, que los carteles se amontonan intentando indicar “claramente” a que flor en concreto se refiere.

A veces, la acumulación de flores es tal, que difícilmente se puede diferenciar a que flor se refiere cada cartel.
A veces, la acumulación de flores es tal, que difícilmente se puede diferenciar a que flor se refiere cada cartel.

Sin embargo, existían otras zonas donde los ejemplares quedaban bien definidos y donde quedaba claro a que especie se refería. Geránios de un “Rosa Caliente” tal y como su variedad define, las Zinnias que nos descubren la belleza a diferentes tamaños, y las Begonias de “alas de dragón”. En otras zonas, los Tagetes son los protagonistas. De esta especie ya hablamos en nuestra Wikiflora. ¿Quieres saber más de ellos? Pincha aquí.

Colección de coloridos Tagetes.
Colección de coloridos Tagetes.

Y la obra final del Arboretum de Dallas.

Pero personalmente, existe una parte del Arboretum (que bien podríamos llamar Floretum) donde la cantidad de variedades de ciertas especies puede llegar a abrumarnos. Si te quieres aficionar a la jardinería, este lugar lo tienes que visitar sin pensar más allá. Si creías conocer todas las variedades de estas especies, aquí te llevarás un desengaño.

Diferentes espacios de terreno dedicados a la variedad de color y formas de ciertos géneros. En esta foto, espacio dedicado a las Salvias.
Diferentes espacios de terreno dedicados a la variedad de color y formas de ciertos géneros. En esta foto, espacio dedicado a las Salvias.

Podemos empezar con los tulipanes. En esta época aun no habían asomado sus flores, pero si cada una de las variedades expuesta tiene un color diferente, el espectáculo estará servido. Aunque ya habíamos nombrado a los geranios, posiblemente en este espacio se acumulen la mayoría de ellos.

Gran colección de variedad de Geranios de diferentes colores y con diferentes características.
Gran colección de variedad de Geranios de diferentes colores y con diferentes características.

Lo mismo se puede decir de las salvias. Una explosión de color con todas sus variedades. Pero personalmente, fueron los Antirrinus o Bocas de Dragón las que en ese momento exacto estaban en su mayor plenitud. Amarillos, rojos, naranjas, lilas, blancos, y un largo etcétera. Creo que una imagen vale más que mil palabras.

Espectacular variedad de colores gracias a los Antirrhinum.
Espectacular variedad de colores gracias a los Antirrhinum.

Es posible que si alguna vez os decidís ir a Dallas de viaje, nadie os diga que existe el Arboretum de Dallas, y que está repleto de rincones que, dependiendo de la época del año, serán la delicia de los visitantes. Pues bien, yo os lo digo: “Tenéis que visitar el Arboretum de Dallas” .

Pero la verdad es que ni uno ni lo otro….. o si. El Ricino (Ricinus communis) es una planta que recibe una gran cantidad de nombres (además del ya dicho) como bafureura, catapucía, cherva, higuereta, palma de Cristo, etc. Pero, ¿por qué se le llama también Higuera del Infierno? Este mes, dentro de nuestra #Wikiflora, os queremos presentar a esta planta. El Ricino.

Una “Higuera” sin higos.

El Ricino es un arbusto que tiene un tallo bastante grueso, pero eso no significa que sea duro y resistente sino que el tallo está hueco por dentro. Ese es uno de los aspectos curiosos de esta planta. Las hojas pueden tornar a un color purpúreo que se suele cubrir de un polvo blanco (parecido a una cera) que si se frota se desprende.

Sus hojas son bastante grandes y tienen entre 5 y 9 lóbulos. Los bordes tienen unos pequeños dientes y se unen a los tallos por un pedúnculo que está en la parte inferior de la hoja. De esta manera, si miramos las hojas desde arriba, habrá gente que les pueda parecer a la hoja de una higuera (aunque también habrá gente que le pueda parecer la hoja de otra planta).

Hojas que bien podrían parecerse a una higuera.... o incluso a otra planta. Foto: riomoros.com
Hojas del Ricino que bien podrían parecerse a una higuera…. o incluso a otra planta. Foto: riomoros.com

Lo espectacular de sus frutos.

El Ricino pertenece a la familia de las Euphorbias. Esta familia es un rara avis dentro del mundo vegetal. Tanto es así que ha necesitado en muchos casos de botánicos expertos para su desarrollo. Y esto viene dado porque sus flores son bastante diferentes a las del resto de familias vegetales. Pero no es en las flores donde quiero que nos fijemos, sino en sus frutos.

Flores del ricino y frutos que están comenzando a formarse. Foto: Wikimedia Commons
Flores del ricino y frutos que están comenzando a formarse. Foto: Wikimedia Commons

Cuando observamos un fruto de Ricino, vemos que son unas estructuras globosas con abundantes púas como si de un erizo se tratase. Estos frutos contienen 3 cavidades con una semilla cada una de ellas. Los frutos al madurar tornan a un colo rojizo. Es decir, al final de los tallos, nos encontramos con un conjunto de frutos con púas de color rojo. Se puede entender entonces su relación con el infierno ¿no?

Frutos madurando de Ricino. Con sus púas erizadas y su espectacular rojo.
Frutos madurando de Ricino. Con sus púas erizadas y su espectacular rojo.

Y dentro de los frutos del Ricino, unas bellísimas semillas.

Cuando los frutos se secan, empiezan a abrirse y de su interior aparecen una semillas ornamentadas suuuuuuper bonitas. De hecho, si nunca las has visto, es esperable que te sorprendas. Pareciera que una artista llamada naturaleza las hubiera pintado con unas tonalidades marrones que resultan unas formas abstractas y armónicas de gran belleza.

Tanto es así que cuando decidí crear las postales de la colección Artistic Seeds, tenía claro que las semillas del Ricino tenían que ser una de las componentes de la colección. Pincha aquí si quieres hacerte con una de estas postales 🙂

Postal dedicada al Ricino donde se puede observar la belleza de la ornamentación de sus semillas.
Postal dedicada al Ricino donde se puede observar la belleza de la ornamentación de sus semillas.

Orígenes y usos del Ricino.

Los orígenes del Ricino no están claros. Actualmente se ha naturalizado en casi todas las regiones cálidas del globo terráqueo. Es probable que provenga del noreste de África o de Oriente Medio. Lo que si está claro es que ha sido capaz de aparecer, ya sea cultivado o naturalizado, en muchos lugares, incluso en islas pequeñas.

Claro, tanto tiempo conviviendo con el ser humano ha servido para que hayamos podido conocerlo bien y saber que partes del Ricino podrían tener alguna utilidad. Y ahí voy a exponerlas.

Preciosa ornamentación de las semillas de las que tantos usos se pueden extraer. Foto: sertox.com.ar
Preciosa ornamentación de las semillas de Ricino de las que tantos usos se pueden extraer. Foto: sertox.com.ar

Más bien, comenzaré con el no uso. Sus semillas, aunque muy bonitas, son extremadamente tóxicas ya que contienen una albúmina que es la ricina, y que en niños puede tener consecuencias fatales. Sin embargo, del tratamiento de sus semillas si que se obtiene el famoso aceite de ricino. Este ha sido (y es) un excepcional purgante. Muchos niños del siglo pasado han tenido que soportar su horroroso sabor (que provocaba nauseas) con el fin de “limpiarse” por dentro.

El antiguo Aceite de Ricino. Foto: todocolección.net
El antiguo Aceite de Ricino. Foto: todocolección.net

En la actualidad han sabido sacarle más usos como por ejemplo sus aplicaciones para la industria de la pintura y los barnices. Incluso también para la fabricación de lubricantes utilizados en motores de aviones y en líquidos de frenos. Ocasionalmente también se ha empleado como aceite para freír y antiguamente en el alumbrado.

Y cuanta razón tiene :)
Y cuanta razón tiene 🙂

Después de exponer todas las características de esta planta, dejo a elección de cada uno si está bien puesto ese nombre de “Higuera del diablo”.

El pasado fin de semana del 8 al 10 de Junio coincidía con un puente festivo en la Región de Murcia. Eso nos permitió organizar un viaje para conocer el Escondite del Guadiana. Después de una primavera que por suerte tuvo bastantes episodios de lluvia, la Mancha Húmeda estaba dispuesta a hacer honor a su nombre. Teníamos 3 días para conocer los ojos del Guadiana así como muchos de los lugares naturales que esta zona de Castilla La Mancha aguarda.

Las amápolas nos dieron la bienvenida y auguraban un gran viaje.
Las amápolas nos dieron la bienvenida y auguraban un gran viaje.

Empezamos a describiros como fue el fin de semana.

Un viaje a la Roma clásica y una gran grieta.

Nuestra primera parada fue en Lezuza. Un pueblo de la provincia de Albacete que aguarda una gran sorpresa. Un yacimiento romano del que se ha podido excavar una pequeña parte y del que se han extraído ya numerosas e importantísimas piezas (algunas de ellas muy bien conservadas). Libisosa.  Disfrutar de su historia es todo un lujo, pero es que además tuvimos la suerte de que nuestra visita coincidió con las Jornadas de Recreación Histórica. Esto significó que pudimos disfrutar de como los lugareños, vestidos con los atuendos típicos de la época romana, iban explicando los modos de vida y las historias que pudieron acontecer en una ciudad como la que allí existía.

Parte de una de las representaciones llevadas a cabo por alguno de los figurantes.
Parte de una de las representaciones llevadas a cabo por alguno de los figurantes.

Para la tarde, tuvimos nuestra primera incursión en las Lagunas de Ruidera. Lo hicimos a través de una gran brecha en el territorio. La Quebrada del Toro nos sorprendió a todos con sus rincones, su inmensidad y sus subir y bajar continuo. Y por supuesto, la mejor manera de terminar el paseo era disfrutando de nuestras primeras vistas sobre las lagunas de Ruidera entre arbustos y ajos 🙂

Los asistentes disfrutando (y a vecés sufriendo un poco) del paso por la Quebrada del Toro.
Los asistentes disfrutando (y a vecés sufriendo un poco) del paso por la Quebrada del Toro.

Un pequeño Parque Nacional que es el Escondite del Guadiana.

Segundo día. El momento de adentrarnos de lleno en uno de los Parques Nacionales de la provincia de Ciudad Real. Un paraíso para los amantes de las aves (que no solo íbamos a hablar de plantas) en el que tuvimos la suerte de disfrutar con el avistamiento de una gran cantidad de especies diferentes de Aves (Malvasía Cabeciblanca, Ánades, Zampullines, etc), y también de otras especies de animales como el Galápago Europeo (Emys orbicularis). Una gran diversidad de fauna que esconde este Escondite del Guadiana. El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel ante nosotros.

Paseando por uno de los paseos destinados a tal uso dentro del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. El Escondite del Guadiana.
Paseando por uno de los recorridos destinados a tal uso dentro del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel.

Fue un recorrido corto pero no por ello menos intenso que otros. Un recorrido que pudimos terminar con una visita al Molino de Molemocho. Un magnífico lugar donde poder transportarnos al pasado cuando este molino era uno de los principales de la zona.

Ejemplares de Galápago Europeo (Emys orbicularis) en el Parque Nacional. Ellos también disfrutan del Escondite del Guadiana.
Ejemplares de Galápago Europeo (Emys orbicularis) en el Parque Nacional.

Tras una rica comida en Daimiel, nos fuimos a descubrir ciertos puntos estratégicos de las Lagunas de Ruidera como la impresionante Cascada del Hundimiento o las Cascadas de la Batana. Fue una grata manera de terminar nuestro segundo día de viaje. Regresamos a Munera, nuestra base de operaciones, para disfrutar de una deliciosa cena en nuestra Hospedería Bodas de Camacho y a descansar para encarar el último día.

Las lagunas de Ruidera a fondo.

Para nuestro último día del viaje teníamos programada la caminata más larga. Un recorrido que iniciamos desde la icónica Cueva de Montesinos, lugar de culto para los lectores del Quijote, pero que además tiene su importancia natural por otro tipo de motivos, comenzando con las especies que podemos encontrar tanto dentro como fuera. Seguimos nuestra ruta y, tras una breve referencia a los Apalaches, nos fuimos acercando al borde de las lagunas.

La entrada a la Cueva de los Montesinos con todos sus misterios y sus historias.
La entrada a la Cueva de los Montesinos con todos sus misterios y sus historias.

Mientras un grupo optó por el recorrido corto, pero no por ello menos bonito. Un bonito paseo por las orillas de las lagunas hasta que el bus nos recogió para llevarnos al Baño de las Mulas.

Por otro lado, la gran parte del grupo siguió por la ruta más larga donde pudo disfrutar del castillo de Rochafrida. A partir de ahí, un más que agradable paseo con vistas inmejorables de algunas de las lagunas. Paseo que nos llevó hasta el prometido y deseado baño y la comida.

Alguno de los asistentes que disfrutaron del baño. Parece que no se estaba mal :) en un Escondite del Guadiana.
Alguno de los asistentes que disfrutaron del baño. Parece que no se estaba mal 🙂

Una ruta para nada dura y repleta de vistas, rincones y naturaleza que la Mancha Húmeda tiene guardada para que podamos disfrutarla de una manera respetuosa y concienciada. Otra forma de descubrir el Escondite del Guadiana.

Vistas de las lagunas que pudimos disfrutar durante nuestra ruta del último día por la mañana. Otro Escondite del Guadiana.
Vistas de las lagunas que pudimos disfrutar durante nuestra ruta del último día por la mañana.

Así emprendimos el viaje de vuelta, cansados pero con la impresión de que habíamos conocido un lugar que, gracias a las lluvias de esta primavera, lo pudimos ver con paisajes húmedos más húmedos de lo normal.

Todavía recuerdo la primera vez que fui al Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos en Colombia en el año 2012. Estaba comenzando mi maestría en Ciencias Biológicas en Bogotá. El director de mi tesis decidió que sería una muy buena oportunidad poder unirme a una salida de campo que iban a desarrollar en este lugar. De esta manera podría conocer algunas de las investigaciones científicas que venían desarrollándose.

Hacía allí se dirigían mis pasos. Hacia el Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos. Foto: Johanna Páez Crespo.
Hacía allí se dirigían mis pasos. Hacia el Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos. Foto: Johanna Páez Crespo.

La transición de la ciudad al campo.

La primera parada fue Pitalito. Una ciudad pequeña ubicada al suroccidente colombiano. Es bastante comercial y ahí no pasamos mucho tiempo ya que abordamos una chiva que nos condujo a Palestina. Una vez en la chiva, en medio de campesinos que llevaban sus compras a sus hogares y sintiendo la brisa andina que invita a abrigarse, empezamos a vivir la transformación del paisaje que sale de la urbe y comienza a adentrarse poco a poco al campo.

Típica Chiva Colombiana. Ella fue la encargada de llevarnos hacia Palestina.
Típica Chiva Colombiana. Ella fue la encargada de llevarnos hacia Palestina.

Recuerdo que en Palestina se siente un aire más fresco. Este municipio dista mucho de parecerse a su homónimo del Oriente. A 1552 metros sobre el nivel del mar, comenzamos a sentir más el frío de la montaña. Es el lugar donde pudimos comprar un elemento indispensable para nuestro viaje. Botas pantaneras. Aunque yo asumí que de allí ya continuaríamos caminando, aún nos faltaba por hacer otro viaje hasta la vereda  La Mensura.

Llegar esta vereda es muy agradable porque, aunque no conozcas a las personas que allí habitan, ellos te tratarán con total fraternidad y te harán sentir en casa. El paso por La Mensura fue muy interesante. Fuimos descubriendo diferentes cultivos de frutas tropicales como el de pitahayas y granadillas. También pude escuchar de primera mano las historias de campesinos que han venido desde otros lugares del país huyendo de la violencia y buscando seguir sus vidas en algún rinconcito verde lleno de tranquilidad.

Cultivo de Granadilla (Passiflora ligularis) cerca de la población de La Mensura.
Cultivo de Granadilla (Passiflora ligularis) cerca de la población de La Mensura.

Hacia la frondosidad en medio del barro.

En La Mensura nos despojamos de toda incomodidad y nos preparamos para pasar varias horas subiendo montaña. El tiempo de ascenso varía dependiendo del estado físico del expedicionario y lo más recomendable es alquilar mulas que se puedan encargar del equipaje, y que permitan poder internarse al bosque de la manera más ligera posible. La primera vez que subí al parque nacional tardé alrededor de cuatro horas en llegar a las cabañas. No olvido que en ese entonces, mientras trataba de lucir no tan exhausta frente a mis nuevos compañeros de estudios, en mi mente sólo se repetía constantemente la pregunta de: “¿Cuál es la necesidad de internarse en un sitio tan remoto?”.

La humedad, ríos y cascadas, son una constante dentro del Parque. Foto: Johanna Páez Crespo.
La humedad, ríos y cascadas, son una constante dentro del Parque. Foto: Johanna Páez Crespo.

Dependiendo de la época del año, el camino es fangoso o más fangoso. Al principio observamos pequeñas casas dispersas que se fueron perdiendo en el paisaje, hasta que luego ya solo vimos el rastro del camino para animales de carga que se vuelve en un reto personal, tratar de sobrellevar sin caerse demasiadas veces.

El río Sauza, a mitad de camino para llegar a la Cueva de los Guácharos.

Al llegar al río Suaza, hay todavía medio camino. De allí se entra oficialmente a la primera área protegida de Colombia que fue declarada  en 1960. Un Parque que pertenece a la Reserva de la Biósfera Cinturón Andino declarada por la UNESCO. La subida fue extenuante, pero también fue bastante reconfortante poder respirar profundamente ese oxígeno que se produce en los bosques de montaña. Esta fue la primera vez en mi vida que atravesaba un robledal. Fue muy grato ver la imponencia de los robles negros (Colombobalanus excelsa) y blancos (Quercus humboldtii), y claramente notar el contraste de este bosque con el de los bosques montanos adyacentes.

En la mayoría de las ocasiones, el ascenso al parque incluye el avistamiento de una buena cantidad gallitos de roca o gallos de la peña (Rupicola peruviana). Son una especie de ave que presenta machos de un bello color naranja intenso y hembras de una tonalidad marrón más reservada. Los gallitos de roca forman grupos de cortejo denominados leks y producen unas vocalizaciones bastante desconcertantes que no concuerdan con su exuberante porte.

Ejemplar macho de Gallito de Roca (Rupicola peruviana) con sus bella coloración naranja. Foto: Johanna Páez Crespo.
Ejemplar macho de Gallito de Roca (Rupicola peruviana) con sus bella coloración naranja. Foto: Johanna Páez Crespo.

Para lo más afortunados, el camino también puede verse acompañado de micos churucos (Lagothrix lagothricha lugens). A veces, estos micos te examinan desde los árboles haciendo despliegues de territorialidad, o simplemente ignoran tu recorrido mientras se sumergen en el consumo de los frutos que tienen disponibles.

Ejemplar de Mico Churuco (Lagothrix lagotricha lugens). Foto: Johanna Páez Crespo.

La estancia en el parque estuvo llena de tranquilidad y fue acompañada por la presencia de los guardaparques del área, que compartieron sus innumerables anécdotas y recomendaciones del lugar. Las noches fueron amenizadas con un repertorio de música local a guitarra que incluyó el muy sonoro himno de este parque nacional.

Conociendo la Cueva de los Guácharos.

El descubrir la cueva principal del área protegida que alberga cientos de guácharos (Steatornis caripensis) es un espectáculo único. El camino para llegar a la cueva es de un verde intenso de muchas tonalidades. Repentinamente, el verde se ve oscurecido por la majestuosidad de la entrada a este recinto y en el que el sentido del oído se agudiza para descifrar las vocalizaciones de las únicas aves nocturnas que se alimentan de frutos. La cueva es todo un invernadero de plantas en potencia. Los guácharos dispersan grandes cantidades de semillas que provienen no solo de los bosques aledaños, sino también de bosques de tierras bajas que también visitan.

Ejemplar de Guácharo (Steatornis caripensis) dentro de la cueva que da nombre al Parque Nacional. Foto: Johanna Páez Crespo.
Ejemplar de Guácharo (Steatornis caripensis) dentro de la cueva que da nombre al Parque Nacional. Foto: Johanna Páez Crespo.

Para conocer bien a Guácharos, nombre con el que como solemos abreviar  al parque nacional, hay que pasarse varios días y visitar cascadas como las de La Lindosa y la de Cristales. También recorrer El Lapiaz y explorar algunas otras cuevas más llenas de impresionantes formaciones calcáreas.

Formaciones del interior de la Cueva de los Guácharos. Foto: Johanna Páez Crespo.
Formaciones del interior de la Cueva de los Guácharos. Foto: Johanna Páez Crespo.

Al finalizar esta hermosa expedición y reflexionar sobre aquella pregunta que rondó en mi cabeza durante el ascenso, solo me queda responder que la necesidad de ir este remoto paraíso que desde entonces he visitado alrededor de 10 veces, reside no solo en deleitarse con las maravillas naturales que componen los bosques tropicales de montaña, sino con la posibilidad de reflexionar sobre los retos de la vida rural y la generosidad de nuestros campos.

La frondosidad vegetal, los diferentes verdes y las flores de elevada belleza acompañan nuestros pasos en este lugar único. Foto: Johanna Páez Crespo.
La frondosidad vegetal, los diferentes verdes y las flores de elevada belleza acompañan nuestros pasos en este lugar único. Foto: Johanna Páez Crespo.

Barcelona, la segunda ciudad más poblada de España. Centro neurálgico de la industria, la tecnología, la logística del país. Una urbe de gran importancia en el continente Europeo, y más aun en los países bañados por le Mar Mediterráneo. Estrés, llamadas telefónicas, prisas, vehículos, pero…. hasta la ciudad más ajetreada, necesita de un lugar de donde obtener los alimentos de sus pobladores. Una despensa de Barcelona que pueda surtir de alimentos a la población catalana.

Diferentes metodologías de cultivo en el Baix Llobregat.
Diferentes metodologías de cultivo en el Baix Llobregat.

El Baix Llobregat, un terreno fértil.

Cerca del aeropuerto, nos encontramos con el cauce de un río que antaño fue de vital importancia para la ciudad. El Llobregat. Tras años y años de aportar sedimentos, el río fue formando su llanura de inundación, transformando esos terrenos en un lugar de elevada fertilidad. La población catalana supo ver esa fortaleza del terreno y decidió establecer allí una de sus principales huertas de producción de alimento.

Cultivos dentro del Parc Agrari del Baix Llobregat.
Cultivos dentro del Parc Agrari del Baix Llobregat.

Así ha llegado hasta nuestros días. El Parc Agrari del Baix Llobregat se erige actualmente como uno de los motores de producción alimentaria más importantes de la ciudad condal, pero además, como una de las zonas verdes más interesantes que la rodean.

A descubrir la Despensa de Barcelona.

El pasado domingo 26 de Mayo, día electoral, allá que nos fuimos a internarnos entre huertas, cultivos y naturaleza. Un grupo familiar nos acompañó en una actividad apta para pequeños y mayores, que comenzó con un agradable paseo por las huertas. Durante el mismo, tuvimos la oportunidad de explicar el modus operandi de esta agricultura, los principales cultivos en esta época del año, e incluso los valores naturales asociados al desarrollo agrícola.

Asistentes a la actividad disfrutando de las explicaciones de Carmen.
Asistentes a la actividad disfrutando de las explicaciones de Carmen.

Y tocaba mancharnos las manos.

Pero sin duda, la parte más interactiva de la actividad es cuando al fin llegamos a la finca de Camí Natural. Los cultivos de primavera nos regalan unos bonitos paisajes agrícolas. Comenzamos haciendo un recorrido por la finca donde pudimos explicar las diferencias entre los diferentes cultivos y las diferentes maneras de cultivar. Si si, diferentes tipo de agricultura.

Una asistentes con las manos en la masa.
Una asistente con las manos en la masa.

Tras el trabajo de la tierra y la recolección de las hortalizas, que mejor manera de terminar la mañana que disfrutando de algunos de los alimentos que la tierra ha provisto, así como de un buen “pan tumaca” como bien manda la cultura catalana.

Y llegó la hora de disfrutar de algunos de los alimentos recolectados en la Despensa de Barcelona.
Y llegó la hora de disfrutar de algunos de los alimentos recolectados en la Despensa de Barcelona.

¿Os han dado ganas de hacer la actividad después de leer todo esto? En caso de que la respuesta sea afirmativa, pues podéis ver las características de la misma pinchando aquí y reservar con vuestro grupo para hacerla. Cada época del año, es diferente.

19192. Posiblemente fuera de contexto, este sea un número que no nos diga nada. Sin embargo, se le damos dimensión (hectáreas), estaríamos referiéndonos al tamaño protegido que han tenido numerosas especies de flora y fauna para convivir, subsistir y desarrollarse en el suroeste de la provincia de Albacete, gracias a la acción incesante del río Mundo.

Aspecto de los montes calizos que custodian al río Mundo. Foto: Álvaro García Valero
Aspecto de los montes calizos que custodian al río Mundo. Foto: Álvaro García Valero.

Ante nosotros, una mole caliza. Un vasto terreno que sirvió de refugio ante las glaciaciones, y con una serie de microclimas (tanto por encima como por debajo de la tierra) que han permitido el mantenimiento de varios endemismos exclusivos de este espacio protegido. Por si alguien no sabe ya de donde estamos hablando, nos referimos al Parque Natural de los calares del Mundo y de la Sima. Y es que dentro del planeta Tierra, sin duda este es el Mundo que nos interesa en este post.

La geología como co-protagonista en el río Mundo.

Los materiales carbonatados son los que ocupan la mayor extensión, y estos materiales son los “culpables” de muchos de los atractivos turísticos de este lugar. Grandes mesetas en las partes altas ayudan a que la acción erosiva del agua haga de las suyas, y así nos presente lugares tan emblemáticos como “Los Chorros del río Mundo”. Todo ello es posible gracias a los procesos de karstificación….. Ups, perdón por la palabra. En resumidas cuentas, este proceso nos habla de lugares bajo la tierra con materiales fáciles de disolver, que resultan cuevas, cavidades, conductos, etc.

Todo esto, unido a una geología compleja, ha aumentado las posibilidades para los seres vivos creando espacios muy cercanos pero muy diferentes.

Las formaciones geológicas son un atractivo de los más importantes del Parque. Foto: Álvaro García Valero.
Las formaciones geológicas son un atractivo de los más importantes del Parque. Foto: Álvaro García Valero.

Un lugar que ha llamado la atención desde siempre.

Centrándonos en la flora, el Parque ha despertado la curiosidad de botánicos y expertos desde muchos siglos atrás, aunque es cierto que fue a partir del siglo XIX cuando de las exploraciones fueron más fructíferas, así como también se incrementó el número de visitantes.

De todos los grupos florales, sin duda las orquídeas pueden ser las más importantes del Parque, y hablar de ellas daría para escribir varios post. No queremos que se entienda como un acto de gandulería, pero en esta ocasión, nos vamos a dedicar a hablar de otra especie que, aunque no es exclusiva de este lugar, las dimensiones de sus poblaciones en el Parque le valieron parte de su nombre científico.

Dentro del amplio catálogo florístico, nos permitimos el lujo de hablar de una pequeña planta de simpático nombre y a la que le queremos dedicar esta pequeña sección de la #Wikiflora. La Pinguicula mundi.

Ejemplar de Pinguicula mundi florecido. Foto: Álvaro García Valero.
Ejemplar de Pinguicula mundi florecido. Foto: Álvaro García Valero.

En las paredes de los Chorros.

A menudo, los visitantes a Los Chorros del Río Mundo elevan la vista para disfrutar de la caída del agua y fotografiar la exuberante naturaleza que alberga este nacimiento de agua. Si bajamos la cabeza y miramos las rocas por las que el agua escurre, en primavera podríamos ver unas pequeñas florecitas blanco-violetas que no son muy llamativas, pero intentaremos que lo sean tras hablar de ellas.

Si, se trata de la Pinguicula mundi (por el río Mundo). Una planta herbácea que vive en zonas donde el agua escurre, y que por lo tanto, son zonas donde normalmente los nutrientes son lavados. Eso quiere decir que a priori, cualquier planta tendría un déficit de alimentos. ¿Cómo se puede solucionar esto? Nosotros buscaríamos la comida en otro lugar, pero esta planta ha preferido adaptarse a las condiciones y “volverse carnívora”. Si si, estamos ante una planta carnívora. Muchos insectos se ven atraídos por sus colores, y por el brillo de sus hojas cuando el agua cae sobre ellas, y al posarse, la planta dispone de una sustancia viscosa en sus pelos foliares que atrapa a dicho insecto. Cuanto más lucha, más atrapado se queda. A partir de ahí, los encimas digestivos de la planta hacen el resto. Fascinante ¿no?

Además, la flor es realmente bonita. Una belleza mediterránea que se nos presenta a pequeña escala, pero que convierte a la Pinguicula mundi en una preciosa superviviente.

Pared rezumante con numerosos ejemplares de Pinguicula mundi. Foto: Álvaro Ruiz Valero.
Pared rezumante con numerosos ejemplares de Pinguicula mundi. Foto: Álvaro García Valero.

Si tras este post, hemos conseguido que la próxima vez que visitéis los Chorros del río Mundo, gastéis 5 minutos de vuestra visita en buscar a esta curiosa planta es sus paredes, nos damos completamente por satisfechos. Si queréis hacerla con nosotros, mira nuestras opciones en Nuestras Rutas.

Misteriosa, mágica, aventurera, mística, … Posiblemente podríamos adjetivar la Isla de Pascua con infinidad de términos. Es un lugar en medio de la inmensidad del Oceano Pacífico perteneciente a Chile pero que, por el contrario, se encuentra a casi 5 horas de avión del continente. Una isla de pequeñas dimensiones que concentran cultura, historias, anécdotas, etc. En el siguiente post de Ecoturismo por el Mundo, os querremos hablar de la naturaleza superviviente que queda en la isla.

Desde que el avión aterriza cerca de Hanga Roa, ya se atisban unos paisajes que nos empiezan a sorprender. Pero…. ¿no hay muchos árboles?

La vegetación herbácea, la protagonista de la flora de Isla de Pascua.

Posiblemente, cuando se piensa en la Isla de Pascua se pueden pensar en paisajes polinésicos de palmeras en la playa y bosques a baja altura. Lo cierto es que la ocupación de la isla por el ser humano desde tiempos incalculables han llevado consigo un aprovechamiento de los recursos naturales nativos poco sostenible. Los restos de vegetación arbórea que podemos encontrar en la actualidad se relaciona más con repoblaciones “modernas” que con la persistencia de vegetación nativa. Es por ello que ésta se concentra sobre todo en el grupo de la vegetación herbácea.

El verde la vegetación herbácea brilla cuando el sol del atardecer en Isla de Pascua la ilumina.
El verde la vegetación herbácea brilla cuando el sol del atardecer en Isla de Pascua la ilumina.

Los volcanes diversifican los paisajes.

Es posible que podamos pensar que un volcán tendría que ser una elevación de gran altitud con un crater en su parte superior. Pero a veces, como pasa en Isla de Pascua, el crater puede haberse visto reducido en altura y queda como un agujero a no tanta altitud que esconde agua en su interior.

El Rano Kau es el más cercano a la capital. La vegetación crece en sus aguas, el yacimiento arqueológico Orongo lo custodia y el oceano Pacífico lo bordea. Una parada obligada en nuestro descubrimiento de la isla.

El crater del volcán Rano Kau dispuesto a sorprender a los visitantes.
El cráter del volcán Rano Kau dispuesto a sorprender a los visitantes.

Pero además de este y del volcán Paukatike, el punto más alto de la isla lo da el volcán Ma´unga Terevaka. El más joven de los tres, pero el más grande. Su cono irregular ocupa gran parte de la isla. Merece mucho la pena subir a visitar su cráter. Una laguna que permite la aparición de otras especies vegetales (en muchos casos gramíneas).

Laguna formada en lo alto del volcán Ma´unga Terevaka.
Laguna formada en lo alto del volcán Ma´unga Terevaka.

La magia de los Moais de Isla de Pascua.

¿Cuál es el icono de la Isla de Pascua? Sin duda, la imagen que a todos se nos viene a la cabeza. Los moais. Esas figuras misteriosas de origen desconocido que pueblan la isla. Más de 40 conjuntos de figuras en diferente estado de conservación, que le dan el toque mágico a la isla. Desde su tallado y escultura (que se pueden observar en la cantera), hasta su instalación. Todo tiene un toque místico que se engrandece durante la salida y la puestas del sol.

Moai a medio extraer del terreno de la Isla de Pascua.
Moai a medio extraer del terreno de la Isla de Pascua.

Pero es en el este de la isla donde tenemos quizás la concentración de Moais más espectacular. Con el nombre de Ahu Tongariki, es altamente recomendable visitarlos al amanecer. Os aseguramos que el madrugón valdrá la pena (si el cielo no está nublado).

Moais del Ahu Tongariki al atardecer (a mi me pillaron nubes cuando fui a verlos al amanecer)
Moais del Ahu Tongariki al atardecer (a mi me pillaron nubes cuando fui a verlos al amanecer)

Tau Kiani, donde encontrar la vegetación nativa polinésica.

Pero entonces, ¿cuál es el mejor sitio donde disfrutar de la vegetación de la Isla de Pascua?

Corría el año 2009 cuando Carlos Poblete decidió crear un sitio en la isla dedicado exclusivamente a la flora polinésica, que además pudiera servir como atractivo turístico. Es así como se inicio el proyecto del Jardín Botánico Tau Kiani. Una parcela fácil de recorrer en la que podremos observar vegetación herbácea, arbustiva y arbórea.

Colorido y frondoso aspecto del Jardín Botánico Tau Kiani en la Isla de Pascua.

Puedes pinchar aquí para poder ver la ficha que le hicimos a este Jardín Botánico en Turismo Botánico.

Magia, misticidad y misterio a nuestra disposición.

La Isla de Pascua, un lugar lejano pero que merece encarecidamente su visita. Un rincón mágico en medio del Oceano Pacífico que, aunque pueda costar tiempo en llegar, nos sorprenderá con sus rincones, sus moais, y sus lugares naturales.

Paisajes circundantes a Hanga Roa, la capita de la Isla de Pascua.
Paisajes circundantes a Hanga Roa, la capita de la Isla de Pascua.

En la víspera de unas elecciones nacionales, propusimos una jornada de reflexión de lo más original. ¿Qué mejor manera de pensar a quien votar que viendo orquídeas en el Courel? A Rogueira estaba preparada con sus mejores galas para disfrutar de un día único.

Una primavera ¿truncada? en el Courel.

Parecía que el invierno ya había pasado. De hecho, oficialmente ya estabamos en primavera, pero de repente, el tiempo cambiante que nos arrecia, nos trajo unos días de intensas nevadas en el Courel. Aun así, tuvimos la suerte de que el sábado cambió de nuevo el tiempo, y se nos presentaron uns paisajes invernales que nos permitían disfrutar de algunas especies de orquídeas y de la belleza del resto de flora.

Caminos nevados, solanas verdes y umbrías blancas. Sin duda, una jornada de lo más agradable para disfrutar.

Alguno de los participante en la actividad por A Rogueira del pasado 27 de Abril
Algunos de los participantes en la actividad del pasado 27 de Abril entre la nieve de los caminos.

Las orquídeas de A Rogueira.

Y es que si, en uno de los bosques mejores conservados de Europa (según National Geographic), las orquídeas también pueden ser las protagonistas. Si es cierto que las condiciones ambientales previas no fueron las más indicadas, pero sin embargo, pudimos disfrutar de la belleza de sietes especies de orquídeas.

Asistentes observando y disfrutando de la belleza en miniatura de estas orquídeas.
Asistentes observando y disfrutando de la belleza en miniatura de estas orquídeas.

Un auténtico pompón de color rosa nos sorprendió. La belleza de la Orchis italica se interpuso ante nuestros ojos. Dactylorhiza markusii también causó sorpresa ante los ojos de los asistentes. En este caso, sus flores de color amarillento dieron una variedad cromática a la jornada.

Tuvimos la suerte de poder disfrutar de un endemismo cantábrico. Una especie de orquídea que solamente se puede ver en la cornisa norte de la Península Ibérica. Dactylorhiza cantabrica se expuso ante nuestros ojos. Una oportunidad de ver una especie exclusiva de estos territorios de A Rogueira.

De una fisionomía algo diferente, también pudimos observar Aceras anthropophorum con sus flores alineadas de manera vertical hacia el cielo.

Además, también pudimos ver Orchis mascula, Dactylorhiza insularis y Ophrys sphegodes.

La bella Dactylorhiza cantabrica en plena floración para el disfrute de los asistentes :)
La bella Dactylorhiza cantabrica en plena floración para el disfrute de los asistentes 🙂

¿Te apetece un paseo por A Rogueira?

La primavera va a ir a más, y con ello la cantidad de especies que vamos a poder observar. Los paisajes cambiarán, y la nieve invernal se fundirá para nutrir el terreno y favorecer la aparición de colores y formas. A Rogueira en estado puro.

Si os apetece, solamente tenéis que formar un grupo y contactarnos pinchando aquí. A partir de ahí, buscaríamos una fecha que podáis y estaremos encantados de mostraros este hermoso rincón.

Foto final con los aventureros que se decidieron venir a buscar las bellas orquídeas de A Rogueira.
Foto final con los aventureros que se decidieron venir a buscar las bellas orquídeas de A Rogueira.