“¡Cuidado! Que hay ortigas” o “¡No toques las ortigas!” Estas son algunas de las frases que recuerdo de cuando era pequeño e, inocentemente, me disponía a tocar esa hierbas con hojas de borde dentado y de un color verde que para nada parece amenazante. Ahora que ha pasado el tiempo, entiendo esos mensajes de precaución por el malestar que provoca en la piel estas ortigas en forma de irritación. Pero por suerte, las ortigas tienen una infinidad de bondades que las hacen ser las protagonistas de la Wikiflora de este mes. .
Ya el nombre de la familia nos da una pista.
Las ortigas pertenecen a la familia Urticaceae. Ya nos está advirtiendo de sus efectos. Pero bueno, dentro de esta familia se agrupan 54 géneros siendo uno de ellos el género Urtica. Es dentro de este género donde se agrupan las ortigas existiendo 53 especies de ortigas descritas en todo el mundo. Desde la Urtica ferox de Nueva Zelanda, hasta la Urtica dubia que se puede encontrar en Canadá. .
Muchas de estas ortigas tiene unos pelos urticantes que tienen la forma de pequeñas ampollas llenas de líquido que al contacto con la piel, provoca una irritación debido a la acción del ácido fórmico. Una de las más comunes en la zona mediterránea es Urtica dioica. Las podemos encontrar en zonas de huerta y regadío, y se distinguen muy bien del resto de “malas hierbas” por sus hojas de borde dentado.
Y detrás de la irritación, los numerosos beneficios de las ortigas.
Si nos pusiéramos a definir los principios activos que tienen las ortigas conformaríamos una lista bastante generosa. Cada uno de esos principios activos es una posibilidad de que las ortigas tengan una función para el ser humano. Hablaremos de algunos de estos beneficios.
Con la infinidad de nutrientes que proporcionan las ortigas, y que muchos de ellos son antioxidantes para el ser humano, se pueden tratar lumbagos y dolencias musculares. Actúan bajando los niveles de azúcar en sangre, favorecen la absorción de hierro (buenas contra la anemia) y son buenas a nivel depurativo y a nivel dermatológico. También se usan para el tratamiento de artritis, hemorroides, cuadros alérgicos, etc.
Ortigas beneficiosas en jardinería.
Podríamos seguir describiendo las bondades de las ortigas, pero lo realmente cierto es que no solamente hablamos de beneficios para la salud humana. El mundo de la jardinería también se puede nutrir y mucho, de los beneficios de las ortigas y de sus principios activos.
A este respecto, extractos o preparados de ortigas tienen un gran valor como fertilizantes, fungicidas e insecticidas. Y es que el purín de ortiga es un remedio casero y ecológico que aprovecha los componentes de esta planta para permitir el crecimiento de bacterias que van a conformar un compuesto comúnmente llamado purín de ortiga, y que tiene diversas propiedades. El tiempo normal para que el purín de ortiga esté listo es de 15 días, pero ya con pocos días lo podemos incorporar a la tierra siendo un perfecto fertilizante. Una vez pasados 15 días de acción bacteriana, ya tendríamos nuestro insecticida creado y listo para ayudarnos en la lucha contra las plagas. Si quieres saber más de como hacer este purín de ortiga, puedes venir a nuestro taller de plantas que curan plantas. Consulta las fechas aquí.
Por lo tanto, podemos aprender una lección. Por lo general, los principios activos y los compuestos de las plantas que podemos pensar que son dañinos para nosotros, sabiendo utilizarlos y aplicarlos, pueden tener muchísimos beneficios en nuestro día a día. Solamente hay que saber usarlos 🙂
Comentarios